- La llegada del nuevo año implicará varios cambios que no hay que olvidar
- Algunos aún están por materializarse, pero son igualmente importantes
elEconomista.es 10/12/2024
Estamos muy cerca de dejar atrás 2024 y entrar en un nuevo año, 2025, que traerá cambios de todo tipo en diferentes aspectos. Con todo, pocas cosas nos afectan tanto como las modificaciones que pueden darse en nuestra nómina, el documento en el que aparece nuestro sueldo y, en definitiva, marca el dinero que cobramos todos los meses.
De cara a 2025, los trabajadores deben saber que verán muy ligeramente recortados su salarios porque tendrán que hacer una aportación especial al sistema de pensiones, lo que en la práctica es una sobrecotización temporal para hacer frente al esfuerzo que tendrá que asumir ese sistema para empezar a pagar las pensiones de los jubilados de la generación del ‘baby boom’.
Es lo que se conoce como Mecanismo de Equidad Intergeneracional, el MEI. El funcionamiento es el siguiente: estas cotizaciones extra se añadirán de forma directa al Fondo de Reserva, conocido como ‘hucha de las pensiones’. Se aplicación tendrá lugar desde 2023 hasta 2050, aunque su puesta en marcha es progresiva y la cotización va aumentando con el paso de los años.
Este MEI lo asumen el trabajador en su cotización y la empresa (en mayor parte) en su aportación empresarial. El Real Decreto-ley 2/2023, de 16 de marzo contempla modificaciones de la Ley General de la Seguridad Social entre las cuales se incluye la regulación del MEI.
En concreto, esta ley introduce la disposición transitoria cuadragésima en la Ley General de la Seguridad Social para publicar un calendario de aplicación del MEI. Cada año ese MEI va subiendo y, para 2025, esto es a lo que hay que atender: “En el año 2025, será de 0,80 puntos porcentuales, de los que el 0,67 corresponderá a la empresa y el 0,13 al trabajador“.
Este aumento, evidentemente tendrá un impacto en la nómina de los trabajadores. Eso sí, limitado: según Gi Group Holding, para un sueldo medio en España (2.128,44 euros brutos mensuales, de acuerdo con los cálculos del Instituto Nacional de Estadística), el golpe es de 2,76 euros al mes y de 17,02 euros al mes en el caso de los trabajadores autónomos, dado que han de poner de su bolsillo la aportación empresarial.
Este impacto es limitado, como decíamos, porque la diferencia respecto a 2024 es ligera: “Esto supondrá un detrimento de salario neto, con respecto al año 2024, de 0,21 euros para un empleado por cuenta ajena, y de 2,13 euros para un autónomo”, informan desde Gi Group.
La subida del SMI y la reducción de jornada
Al margen de esta certeza, el incremento del MEI, dos son los otros grandes asuntos que pueden modificar la nómina de los trabajadores el próximo año. Ambos son objeto de negociaciones (o lo serán) entre el Gobierno y los agentes sociales.
En primer lugar, la más que probable subida del Salario Mínimo Interprofesional. El Ministerio de Trabajo ya ha reunido al comité de sabios que tendrá que elaborar una propuesta con la que luego el Gobierno intentará llegar a un acuerdo con sindicatos y patronal. El objetivo del departamento que dirige Yolanda Díaz es que la subida sea superior a la inflación.
Los sindicatos apuestan por un aumento de entre el 5% y el 6%, un incremento que acercaría al SMI a los 1.200 euros mensuales en 14 pagas: en 2024 ascendió a 1.134 euros mensuales.
En todo caso, no se prevé la aprobación de la subida del SMI en 2024, pero cuando tenga lugar en 2025 (ya ha sucedido en años anteriores) tendrá efecto retroactivo, por lo que aplicará desde el 1 de enero de 2025 y los trabajadores afectados, que podrían superar los dos millones, tendrán que recuperar el dinero en sus nóminas y ver estos documentos modificados con las nuevas cuantías.
Otro aspecto clave será qué pasará con la reducción de jornada, uno de los acuerdos firmados en el documento del Gobierno de coalición y que está encontrando muchas dificultades para su salida adelante ante el plantón de la patronal. La medida puede salir sin la aprobación empresarial (así se han aprobado diferentes aumentos del SMI), pero todavía no se ha llevado a cabo.
El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ya adelantó que ante la imposibilidad de pasar a 38,5 horas semanales en 2024 (seguimos en 40 horas a menos de un mes para que acabe el año) se pasará directamente a tramitar, solo con el apoyo de los sindicatos, a la reducción a 37,5 horas semanales sin recorte de sueldo en 2025.
De hecho, la consulta pública del texto legislativo que pretende reducir la jornada duró algo más de dos semanas: se abrió el 22 de noviembre y se cerró el pasado siete de diciembre. Un paso menos para que el Ejecutivo apruebe una de sus medidas estrella del programa de Gobierno y que, lógicamente, modificaría la nómina de los trabajadores a jornada completa.